miércoles, 11 de mayo de 2011

HALLO-P-RI-DOLL (PARTE FINAL)

Brutal e inexorable aparecía de nuevo, vapuleándolo todo a su paso…la realidad se apoderaba de todo, el batir de alas de la desesperación irrumpía en la estancia como un cuchillo de filo romo en las manos torpes de un descuidado matarife, desgarrando dolorosamente, los sueños, que terminaban esfumándose al igual que el humo del tabaco, cada encuentro no solo significaba en sus vidas un renacer, sino que desafortunadamente también significaba morir de nuevo.
Con una certera puntualidad los sueños fueron relegados al olvido, tras el día solo les quedaba la incierta probabilidad de un nuevo encuentro, que cada cita no dejara el extraño sabor agrio de la derrota, Miguel lanzo los dados de nuevo, las casillas parecían retroceder en un juego que no parecía acabar nunca, perdido en el tiempo, a Silvia parecía quemarle la alianza en el dedo, y las lagrimas asomaban con tristeza, mientras Miguel se vestía a cámara lenta, para disfrutar de su amada durante unos instantes más, casi había olvidado la cancioncilla que había tarareado horas antes, en su boca aparecía una mueca de resignación, la euforia se transformaba en desesperación, ambos volvieron a mirarse a los ojos, en esos momentos no hacían falta las palabras, Miguel poso ambas manos en las mejillas de Silvia, y la beso dulcemente, ella devolvió beso, un beso interminable, ya no dijeron nada mas, las pupilas de ambos dejaban el mensaje de “te amo”.
Miguel, salió de la casa, y volvió camino al trabajo, paso toda la tarde intentando estar ocupado, y no pensar, finalmente cuando se sentó en el asiento del conductor, reflexionando largo rato sobre si, arrancar el automóvil, y hacia donde ir … cuando regreso al hogar, estaba su mujer, ella se peleaba con su esquizofrenia y lograba empaparse de una Silvia muy diferente, dejando la cordura en segundo plano, esta Silvia de conciencia perdida, era incapaz de acercarse a Miguel, a veces la medicación hacía estragos en el organismo, y otras, por las que rezaba Miguel, lograban equilibrar algún que otro día suelto, Miguel entro en el baño, frente al espejo sus emociones más amargas se dispararon, incapaz de retener mas lagrimas, acompañaron aquella noche un llanto amargo y un dolor que parecía despegar desde los más profundo del alma, un dolor que miguel ya conocía, el dolor le acompañaba de la mano, cada día.

By Esther Diaz.
Safe Creative #1105119189390

No hay comentarios: